Muchas personas tienen la fortuna de contar con una casa grande con jardín, piscina… y además de contar con una cocina exterior para poder comer al aire libre o tomar unos pinchitos junto a la piscina. Las cocinas exteriores son uno de esos lujos en los que uno no suele pensar a priori. Cuando a cualquiera de nosotros nos preguntan qué le pediríamos a una casa si pudiéramos elegir, la mayoría pedimos una piscina, jardín, una sala de cine, un baño con jacuzzi, pero rara vez se pide una cocina exterior.
Durante el confinamiento miles de personas han emigrado de los grandes núcleos urbanos a zonas residenciales más tranquilas, alejadas de grandes masas de gente, de ruido y contaminación. Las casas grandes con espacio al aire libre y jardín están más demandadas que nunca y si las podemos equipar con todo tipo de comodidades, mejor.
Las cocinas exteriores en el jardín son el complemento perfecto para tu terraza. No importa si es invierno o verano siempre y cuando este todo bien diseñado. Los domingos con familia y amigos van a ser totalmente diferentes…
1. La ubicación
Cuando hablamos de cocinas exteriores hablamos de casas unifamiliares con al menos un patio o jardín lo suficientemente amplio como para que quepa una cocina. También integradas en plena terraza. ¿Tienes problemas de espacio? Habla con tu interiorista…
2. Los electrodomésticos
Resulta espectacular tener una cocina exterior, pero esto implica proteger los electrodomésticos, pues hay que tener en cuenta que al aire libre ocurren fenómenos meteorológicos como lluvias, tormentas, viento que arrastra hojas, pajaritos que se posan y dejan elementos no deseados. Por eso las cocinas exteriores suelen estar protegidas con una carcasa y los fregaderos con tapas. También un techo a medida puede ser la solución.
3. Los porches
No es estrictamente necesario y hay cocinas de exterior que no los llevan, pero ayudan a resguardarse un poco del sol de las tres de la tarde a la hora de comer y de la suciedad exterior.
Los porches suelen ser de madera de exterior (teka o similares) y pueden ser de lamas abiertas para dejar pasar la luz, o más tupidas para proteger mejor la cocina. También existen porches de cemento o acero si se busca una estética más industrial. Aprovechar las vigas de la propia vivienda para una estética más rústica también es una opción.
4. La isla
Algunas cocinas exteriores cuentan con una zona de barra o isla, con o sin taburetes altos, para separar la zona de cocina estrictamente dicha y esconder de paso todo lo que ocurre en ella para que no se visualice el caos desde el otro lado.
5. Iluminación
Siempre hay que tener pensado algún sistema de iluminación para poder ver bien en la cocina.
Es cierto que al aire libre no hay nada mejor que el propio sol para iluminar, pero ¿y por la noche?
Cuando hay porche o la cocina está semiintegrada en la vivienda es más fácil, pero si va completamente al aire habrá que idear un sistema que lo solucione.
6. Cocinas indoor-outdoor
Tener dos cocinas en casa implica mucho gasto: doble amueblamiento, doble gasto en electrodomésticos, doble limpieza… Así que si se puede, ¿por qué no tener una misma cocina para una doble función?
Para ello se puede diseñar la cocina de forma que la zona de cocina y aguas quede dentro y continúe fuera con zona de trabajo y encimera.
Otra opción sería plantear la cocina completamente en el interior pero en una zona anexa al exterior separada del mismo con algún tipo de cerramiento, de forma que en invierno quede completamente cerrada y en verano tenga una apertura al exterior. ¿Suena bien verdad?
7. Cocinas exteriores en el interior
Si no tienes espacio suficiente o no te quieres plantear una cocina exterior, siempre puedes plantear sustituir los muros exteriores o los techos por grandes cristaleras que lleven el exterior a tu casa. Será como cocinar fuera sin estarlo.