Hoy nos centramos en el color blanco en la decoración, el tono más utilizado desde el principio de los tiempos en decoración de interiores.
Resulta curioso cómo precisamente el considerado como «el Rey de los tonos» en diseño interior es precisamente aquél al que podemos referirnos como «ausencia de color». Y es que precisamente esa su virtud: al tratarse de un color neutro queda bien en cualquier ambiente y combina con todo, con cualquier otro color, con cualquier material y con cualquier forma.
El color blanco es símbolo de pureza y tranquilidad. Para muchos el blanco no es solo un color sino una forma de vida. Pero sea de la forma que sea en la que percibas este color tan puro tienes que tener en cuenta que su uso en decoración debe ser cauto.
Sea como sea la forma en la que percibas este tono a la hora de utilizarlo en decoración debes tener en cuenta una serie de pautas y recomendaciones para saber cómo manejarlo. Por ejemplo, como verás en el vídeo, puedes utilizar plantas para crear contraste sin perder esa pureza que aporta el blanco a tu hogar. Para muchos el blanco no es un color sino un valor o una forma o estilo de vida. ¡Todo al blanco!
TRADICIÓN POR EL BLANCO
El blanco se asocia con la pureza, la inocencia y la castidad. Un ejemplo de ello es que este es el color utilizado en los vestidos de novia. Asimismo, se trata de un color muy espiritual y relacionado estrechamente con la religión, los ángeles, la reflexión o la vuelta a las raíces. Y, por supuesto, es el color de la paz. Por otro lado, en Asia el blanco marca el duelo y en África, se cree que protege a los habitantes de los demonios.
LUZ Y AMPLITUD
El blanco agranda visualmente el espacio. Si no lo combinamos con ningún otro color da una sensación de vacío e infinito y en los interiores proporciona siempre frescor y calma. Además, realza la luz y aporta luminosidad por lo que si tu idea es la de agrandar el espacio de una habitación y darle un ambiente suave te recomendamos que pintes las paredes blancas y lo combines con un parqué de madera clara. Pero ten cuidado y medita bien tu decisión porque el blanco también puede representar el vacío, la angustia y la ausencia.
ELEGIR UNA HABITACIÓN EN COLOR BLANCO
El blanco nunca pasa de moda en decoración: es elegante y utilizado como color neutro. Optar por el blanco no es la elección más fácil ya que implica saber jugar con la textura de los materiales, que pueden asociarse con el infinito para crear atmósferas muy distintas. Su simplicidad puede permitir crear armonías delicadas y románticas.
No pintes de blanco la habitación que más utilices porque te costará mantenerlo en una tonalidad pura, obviamente es uno de los colores más sucios para paredes y suelos. Por ejemplo, un dormitorio puede ser una gran opción jugando con la gama de blancos (del beige muy claro al blanco). La cocina también es una habitación naturalmente blanca, ya que este color es símbolo de limpieza e higiene. Pero te recomendamos que evites pintar todo el piso de este color. Utilízalo solo para las habitaciones de la casa que para ti sean clave.
COMBINAR EL COLOR BLANCO
El blanco y sus derivados combinan bien con superficies y materias naturales, por ejemplo, maderas sin pulir o alfombras de yute. Este color se armoniza bastante bien con otros tonos neutros como el gris, el negro o los crema; basta con asociarlos para crear un interior tranquilizador y fácil de decorar.
Utilizado en una armonía coloreada, el blanco puede disminuir la intensidad de los colores puros. Además, son su contacto los colores parecen atenuados, lo que crea un cambio de ritmo en la habitación. Y utilizarse para destacar la elegancia de materiales o formas diferentes. Para una decoración fresca mézclalo con el verde, pero siempre conservando el suelo de color crema claro. Y para dar un toque de modernidad, asocia el blanco con el negro o el gris y añade toques de color con accesorios.
El blanco es una apuesta segura pero con la ayuda de tu interiorista, podrás conseguir resultados espectaculares en tu vivienda o negocio.