Elegir el tipo de suelo para una casa es uno de los aspectos más importantes a tener en cuenta cuando realizamos una reforma o una construcción de obra nueva del que será nuestro hogar. Pero… ¿qué suelo poner en casa? El tipo de suelo que instalemos es determinante para darle la personalidad que queramos a la casa y hay que tener en cuenta numerosos aspectos.
Ya sabemos que el tipo de pavimento del que hagamos uso es una decisión fundamental para conseguir un aspecto totalmente renovado. Sin embargo, a la hora de elegir el tipo de suelo que vamos a emplear, hay que pensar más allá de cuestiones estéticas o de precio. Criterios como la durabilidad, el mantenimiento y la instalación son de suma importancia. Por ello, tener en cuenta el material, los acabados y el tono del mismo son detalles que no se pueden dejar pasar por alto.
Ahora bien, ¿Cómo elegir el mejor suelo para tu casa? Quizás no tengas muy claro el tipo de pavimento que elegir para tu vivienda, por este motivo, te explicaremos los diferentes tipos de suelo de interior que existen en el mercado actual y algunas claves para que te puedas decantar por aquel que se ajuste mejor a tus necesidades.
Los suelos que explicaremos son:
- Parquet y madera natural
- Suelos laminados
- Suelos de gres y porcelánicos
- Microcemento
- Baldosas
Parquet y madera natural
Muchas veces cuesta diferenciar entre parquet, suelo laminado, macizo, etc:
El parquet está formado por una capa en la parte de arriba de mínimo 2,5mm. Esta capa puede ser maciza, puede estar hecha de una sola capa o de más.
El parquet que está formado por varias capas. En la parte superior está compuesto de varias pasadas de barniz, la capa de madera, una capa para darle al suelo estabilidad y la base, hecha con chapa.
La diferencia de un suelo de parquet multicapa y un suelo de madera maciza es que el de madera maciza se podrá lijar una mayor cantidad de veces que el parquet multicapa.
Por otra parte, está la forma de colocación, la cual puede ser flotante o encolada.
El parquet encolado se pega directamente al suelo y al pisar no crea ningún ruido hueco, mientras que el flotante se coloca en el suelo, pero sin llegar a pegarlo, y sí que produce ese sonido hueco.
Estos tipos de suelo son muy fáciles de colocar encima de pavimentos anteriores a él, también puede durar muchos años con poco mantenimiento, pero a diario y suele dar una sensación de calidez al pisarlo descalzo.
Suelos laminados
Este tipo de suelo, como bien dice su nombre, está compuesto por diferentes láminas de varios materiales. Una primera capa formada por varias láminas de melanina prensada, para darle resistencia al desgaste y acabada con relieve para darle una sensación de madera más real.
Seguidamente llevan una impresión de una foto de madera real, una capa de fibras que le da estabilidad y resistencia a la humedad y por último otra capa de refuerzo también resistente a la humedad.
Una de las ventajas que tiene con respecto al parquet es que este suelo es más económico y sus acabados tienen mucha calidad también, lo que hace que sea difícil saber distinguir a ojo si es un suelo laminado o de madera natural.
Su montaje es normalmente flotado, es la forma más común.
Otra de las ventajas de esos suelos es que no cambian su tono con la luz del sol, cosa que al parquet sí que le ocurre.
Una desventaja que podríamos nombrar de este material para tu casa es que no absorbe el sonido, por lo que al andar sobre él se puede crear un sonido hueco.
Suelos de gres y porcelánicos
Este suelo para viviendas es uno de los más utilizados actualmente, ya que tiene una gran capacidad de resistencia a los lavados continuados y a el tránsito de personas. También es resistente a las altas temperaturas.
Para poder utilizar correctamente el gres o porcelánico, hay que saber en qué espacio se colocará, ya que existen diferentes acabados y texturas.
Una de sus desventajas es que el cambio de este suelo lleva mucho trabajo.
En las zonas donde más se utiliza este tipo de suelo es el baño, la cocina y las terrazas.
Hay muchos tipos de acabados para estos suelos, incluso con imitaciones a la madera o a la piedra, al igual que se pueden crear placas de grandes dimensiones, cosa que otros suelos no pueden ya que tienen unas dimensiones definidas.
Microcemento
Este material podemos considerar que es el más peculiar de todos los que estamos explicando hoy.
Una de las mejores ventajas que tiene este material es su aplicación en suelos ya existentes. Así puedes ahorrar el gasto que tendría quitar el suelo anterior. Se puede colocar sobre cualquier suelo menos en parquet y tarimas.
Hay muchas variedades de texturas, así como de colores. También es antideslizante e impermeable, aunque si quisieras poner este pavimento en una ducha, te aconsejamos que pongas mortero de cal, que tiene un aspecto muy parecido y funciona mejor para duchas.
Te aconsejamos instalarlo en la cocina o en el baño.
Baldosas
Se podría decir que la baldosa es el suelo que menos resiste de todos los anteriores explicados. Lo que le da un toque especial es el acabado vidriado que tiene.
Años atrás se utilizaba para prácticamente todas las zonas de la vivienda, pero actualmente se reserva para lugares en específico, ya que son muy frágiles.
La instalación es muy sencilla, su precio es el más económico en comparación con los anteriores tipos de suelos, son impermeables y tienen una variedad de colores y estampados muy grandes.
Alguna desventaja es que es un suelo muy frío y propenso a las grietas.
Esperamos que con la explicación de los suelos más comunes que te hemos proporcionado te hayas decidido por unos de estos tipos de suelo, aunque sabemos que su elección es difícil y compleja. Siempre puedes contactar con profesionales para que te asesoren y faciliten la mejor opción.