Mezclar bien es posible si tienes en cuenta los conceptos de la decoración ecléctica. Hay una pregunta que siempre nos hacemos a la hora de decorar un espacio: ¿cómo mezclar piezas muy distintas entre sí y que quede bien y con estilo?
La decoración ecléctica es una forma de vestir los espacios con un estilo original, único y muy dinámico. El término “ecléctico” proviene del griego “eklektikos“, y en el campo de la filosofía se entiende como la conciliación de múltiples doctrinas abarcando diferentes ideas.
Es complicado mezclar piezas de distintos estilos, con co diferentes tejidos, materiales y procedencia; y que el resultado no sea un absoluto pastiche. La habilidad de crear un espacio ecléctico y con estilo, como sabrá cualquiera que se haya enfrentado a una estancia en blanco, es una virtud escasa. Sin embargo, cuando alguien la tiene, logra dar vida a una decoración singular, interesante y ‘vivida’ como pocas, con ese toque tipo parisino que tanto os enamora a todos.
Las 4 reglas de la decoración ecléctica:
Existe cuatro reglas mágicas en la decoración ecléctica para combinar diferentes piezas y estilos con armonía y que el resultado sea perfecto:
- Genera unidad visual en el proyecto mediante un tejido, patrón, color o elemento que se vaya repitiendo. De este modo, el espacio que dejes atrás recordará siempre al nuevo en el que entras, produciendo esa unidad de la que hablamos.
- Consigue un orden y equilibrio básicos: es importante tener un continente muy organizado para que el contenido más caótico funcione.
- Evita que los elementos que componen el espacio compitan entre ellos. Cuando tienes varias piezas de distintas época, personalidad e importancia, cada una debe tener una zona muy definida y que no interfiera en el resto del conjunto.
- Es importante prestar atención a la iluminación, consiguiendo que cada elemento que compone el espacio tenga su luz única, pensada de manera que adquiera su propio protagonismo en el total de la composición. Además esa iluminación debería de ser siempre regulable, para crear diferentes efectos.
Pierde el miedo
Pierde el miedo y anímate a mezclarlo todo: presente, pasado, y futuro, colores que se matan, acero y latón. No hay que tener miedo a la mezcla: todo funciona si le dedicas su espacio. Por ejemplo: El jarrón más feo del mundo, si lo colocas en una peana y lo iluminas con un foco que cierre mucho el haz de luz pasará a ser una obra de arte».
Excepciones
Nunca hagas que compita un material noble con su imitación: madera con laminado, mármol con gres imitando a mármol, etc. Las comparaciones son odiosas, y siempre hay uno que sale perdiendo.
Un truco
Hay algo que siempre funciona, y es meter, en espacios en los que todo es nuevo, una pieza única por lo que sea: por su rareza, por su espectacularidad, por su provocación o incluso por su fealdad Imprimirá carácter al proyecto al instante.
Mucho que ganar
Hacer un proyecto en el que se parte de cero y todo es proyectado por y para ese espacio es lo más fácil. Pero cuando los elementos que te dan para trabajar son limitados, se desarrolla más el ingenio, y el resultado suele ser más especial. Por eso, no te dejes amedrentar por el hecho de contar con poco presupuesto o tener que aglutinar muebles de mudanzas anteriores: el efecto puede ser todavía más atractivo que de otra manera. Trabajar sin recursos agudiza la mente y saca lo mejor de uno, y eso queda ahí impregnado de una forma que no pasa desapercibido ni para el más profano en la materia. El resultado suelen ser espacios con alma, porque cuentan una historia, la de el que lo crea, para el que lo va a vivir.